El Futuro de nuestro Despacho y el Porvenir de la Abogacía (2).

Una nueva cultura de gestión.

La gestión del talento.

En un ámbito profesional como el nuestro, una de las ventajas competitivas de nuestro futuro inmediato será intangible. Me refiero al talento.

El talento de las personas es uno de esos vectores de competitividad difícilmente reemplazable por máquinas. Nuestra profesión seguirá dependiendo del talento de las personas. Es una ida de XAVIER FERRÀS[1].

[1] XAVIER FERRÀS es PROFESOR DE OPERACIONES, INNOVACIÓN Y DATA SCIENCES en ESADE, y transcribo las ideas que propone en su artículo GESTIÓ ESTRATÈGICA DEL TALENT, en LA VANGUARDIA (DINERS, 9 de septiembre 2018 – página 2)

Por eso, una de nuestras principales inversiones en el futuro inmediato ha de ser el desarrollo del talento individual y corporativo de nuestro despacho.

Deberemos potenciar, descubrir, impulsar e incentivar un panel de objetivos profesionales para todo nuestro equipo, capaz de despertar nuestro talento individual y colectivo.

Y eso sólo lo conseguiremos si somos capaces de desarrollar un ambicioso plan de gestión del conocimiento. Es lo único que nos dará capacidad de adaptación a la velocidad del cambio que se avecina.

Será nuestra obsesión. Obsesión por aprender. Es un error pensar que lo sabemos todo, por eso ahora nos vamos a obsesionar en aprenderlo todo.

  • Aprender a aprender, desarrollando estrategias eficientes para garantizar un aprendizaje continuo de todo nuestro equipo, profesionales y no profesionales.
  • Aprender a emprender, creando una cultura proactiva orientada a fomentar la iniciativa, el pensamiento crítico, y la creatividad para resolver los problemas complejos con los que se enfrentará nuestra organización, nuestros clientes, y para crear nuevos objetivos y retos profesionales, organizativos, y personales.
  • Aprender a innovar, buscando soluciones innovadoras, y originales a los problemas.
  • Aprender a investigar, basándonos objetivamente en los datos, en los controles de calidad de nuestro trabajo, en los parámetros de rentabilidad de nuestros clientes, y de las áreas en las que estamos trabajando, sacando conclusiones y consecuencias.
  • Aprender a olvidar, reinventando la forma en la que venimos trabajando, reseteando conductas ineficaces, olvidando hábitos y rutinas obsoletas pensadas para resolver problemas que ya no existen y que son bien distintos de aquellos con los que nos queremos enfrentar.
  • Aprender a crear, desarrollando nuevas habilidades en demanda de talento tecnológico, de inteligencia social y emocional, en la comunicación (redes sociales, idiomas corporativos, etc.), en la negociación, en la gestión del conflicto, y todo ello con arreglo a la nueva cultura proclamada en nuestros documentos de cumplimiento normativo, y en nuestro Código Ético, y, finalmente…,
  • Aprender a invertir, no sólo en nuevas estrategias, y en nuevos proyectos, sino también, y fundamentalmente, en las personas, consolidando la capacidad que ya tiene acreditada nuestro equipo, y si no es suficiente, buscando el talento fuera.

A partir de esas reflexiones previas, debemos evaluar el Futuro de nuestro Despacho.

Si nuestro despacho debe ir asociado al porvenir de la profesión es evidente que vamos a tener un problema.

Es obvio que siempre habrá un campo de gestión para los conflictos «macro», pero nuestro Despacho siempre ha creído que el futuro verdaderamente revolucionario está en lo «micro».

Algún avance hemos realizado ya en ese campo.

Nuestro despacho dispone de una tecnología de gestión absolutamente digitalizada.

Y eso nos sitúa en el pelotón de cabeza de los despachos del futuro.

No se trata de una cuestión de medida, o de facturación, sino de tecnología.

Nuestro despacho tiene una tecnología de gestión, basada en el Cloud, que sólo los mejores despachos profesionales del mundo utilizan con normalidad. Nosotros somos uno de ellos.

Por otro lado, una buena parte de nuestro negocio está basada en la gestión estandarizada de conflictos en los que la intervención «profesional» es muy escasa, de ahí que podamos cobrar nuestros servicios profesionales a riesgo y ventura.

Y deberemos seguir investigando para descubrir la vacuna de la impunidad.

Somos un despacho tecnológicamente avanzado, de manera que debemos seguir investigando y mejorando los procesos de gestión digital para optimizar la eficacia y el coste.

Antoni Aulés / © AULÉS LEGAL, S.L.P. 2019. Prohibida la reproducción total o parcial. Todos los derechos reservados.