“No ha habido santo, ni papa, ni general, ni sultán que tuviera el poder de un director de cine: pasarse dos horas hablando en la oscuridad a cientos de millones de personas” (Frank Capra, 1887 - 1991). Yo no pretendo audiencias millonarias cuando hago mi trabajo, pero debo reconocer que mis clientes esperan de nosotros ese milagro de convertir lo imaginario en una realidad anhelada, mientras se hallan, muchas veces, en la oscuridad de un conflicto. Ésa es mi tarea, resolver ese conflicto, y que el final, a diferencia de lo que ocurre en el cine, no sea una tragedia.